Vivir del yoga y no morir en el intento
Ser profesor de yoga es una profesión muy demandante.
Una clase de calidad que inspire y que lleve al practicante a un lugar de indagación, experimentación y transformación, proviene de un lugar interno de mucha profundidad y vulnerabilidad.
Un lugar al que llegas en tu propia práctica y que requiere de escucha, de autocompasión, de humildad y después de esto, de tener la capacidad de traerlo a la superficie y ponerlo al servicio de los alumnos de manera clara, sencilla y que les sirva. Les traes una herramienta para su vida, que como un mago/a has materializado de tu propio submundo de práctica.
Ser profe de yoga es un privilegio: ayudamos a aliviar sufrimientos incomodidades, infelicidad. Compartimos humanidad sin dramatizar, sino sintiéndonos comunidad.
Pero no es fácil dar nuestras clases desde ese lugar. Los profes de yoga también tenemos luchas como todos: inmediatez, falta de tiempo, exigencia, supervivencia, gestión de emociones...
Corremos el riesgo como todos de desconectarnos de nosotros mismos, perdemos chispa, voz, inspiración y que difícil es mantener el equilibrio y seguir hablando desde un lugar de autenticidad. Las clases que damos empiezan a parecerse unas a otras, los alumnos empiezan a acostumbrarse a clases de yoga sin alma. La práctica deja de ponerte en un lugar de transformación. Simplemente sienta bien. Nos conformamos con eso.
¿Pero como hacerlo cuando ya es mi cuarta clase del día?
¿Cuando he visto mi cuenta bancaria y necesito facturar aún dos clases más a la semana?
Cuando al llegar a casa tengo mucho por hacer y poco tiempo para regenerarme.
No es fácil.
¿Qué significa encontrar tu propia voz como profesor/a de yoga?
Encontrar tu voz y usarla con confianza es una parte clave del crecimiento y desarrollo como profesor de yoga. Es lo que te diferencia. Es lo que hace que los practicantes se conviertan en alumnos y los alumnos en estudiantes. Es lo que inspira y hace que regresen a tus clases, es lo que crea fidelidad.
Esto es lo que queremos todos los profesores de yoga, compromiso por parte del practicante. Compromiso es una de las cualidades más importantes que queremos transmitir como profes de yoga: compromiso con la práctica, compromiso para que no la dejen. Por un lado porque de su compromiso dependemos económicamente, si vivimos de dar clases de yoga. Y por otro, porque sabemos que si no hay compromiso, no hay resultado, yoga es una disciplina.
Pero el compromiso no surge de la nada, se trabaja, a base de voluntad. Lo que se nos olvida, es que el compromiso que debemos enseñar y motivar, no es hacia la práctica, es hacia nosotros mismos.
¿Qué significa esto y cómo lo transmitimos?
Si actualmente eres profesor de yoga es porque, precisamente, hubo algún profesor/a que te impactó profundamente, que despertó algo dentro de ti, e incluso, que te inspiró y/o apoyó tu desarrollo como practicante y posteriormente como profesor/a.
Ahora recuerda, del 1 al 10, ¿cómo era su nivel de compromiso?
El compromiso con uno mismo determina lo auténticos que somos y nos mostramos. Lo que nos inspira, es esto.
Entonces, encontrar nuestra propia voz como profes es conocernos a nosotros mismos.
Cuáles son tus fortalezas como profesor.
Qué dicen tus alumnos de ti.
Qué tienen en común tus principales maestros.
El resultado de estas tres respuestas determina aquello que te define como profesor. Estas fortalezas y valores deben responder a la necesidad de mi comunidad para que haya sinergia.
Una vez que conocemos nuestra voz y las necesidades de nuestra comunidad, empezamos a tejer la estructura de nuestra enseñanza, nuestra marca personal y nuestro negocio.
Planificación y Estructura
Hay muchos profes de yoga quemados y estresados.
Crear una clase de yoga lleva tiempo, conocimiento e inspiración. pero ser profe de yoga no sólo consiste en enseñar yoga, hay mucho trabajo detrás, y ese trabajo suele ser el que consume más tiempo y energía. Un tiempo y energía que quitamos a nuestra práctica personal y nuestro tiempo de contemplación para crear clases.
La solución es crear una estructura que nos facilite las cosas. Planificar y pensar a medios y largos plazos, crear procedimientos, plantillas y buscar ayuda.
Si, si, pero ¿cómo hacemos eso? Evidentemente nadie nace sabiendo, y en los cursos de formación que, a duras penas, cubren todo el contenido sobre yoga que debe darse, no se le da espacio a compartir y enseñar cómo crear una estructura sostenible en el tiempo que apoye nuestra labor como docente y no olvide nuestra labor de emprendederos.
Algo tan simple como crear programas de curso, crear secuencias, temas, apoyarnos en colaboraciones y crear procedimientos y tener una buena planificación nos puede cambiar la vida.
Pero entiendeme bien, esta estructura debe sostener al mismo tiempo tus momentos de descanso y de creatividad. No se trata de ser productivos y efectivos y de mantener el control a toda costa. Basta de autoexigencia y perfección.
Exploremos otra forma de gestionar y gestionarnos.
En el taller "Encuentra tu propia voz" comparto contigo:
Exploración de líneas de desarrollo profesional para ayudarte enfocar tus recursos.
Canales de comunicación y redes sociales para que no sea un tiempo extra que te consume.
Planificación y creación de una estructura que te libere de estrés, te de seguridad y sobre todo, te ayude a recuperar tiempo para ti: para volver a ti.
Después de 20 años en este mundo del yoga he entendido y desarrollado herramientas que me facilitan mucho la vida, y las quiero compartir contigo.
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